En Romanos 8:26 la Biblia dice: Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el ESPIRITU mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. Al orar en el ESPIRITU lanzamos gemidos que no se pueden expresar en
palabras normales, Esto incluye también el orar en lenguas. En Ira. Corintios
14:14 dice: "Porque si oro en lengua desconocida, mi espíritu ora, pero mi entendimiento queda sin fruto." Es como decir que mi espíritu con la ayuda del Espíritu Santo que mora en mi, Ora. Con nuestra mente .natural a veces no sabemos cómo se debe orar, pero el ESPIRITU nos ayuda en nuestra limitación.
No es que el ESPIRITU SANTO ore por uno, pero El le inspira ayudándole en su oración ~. ésta se vuelve poderosamente efectiva.
Esos gemidos que salen de tu espíritu y escapan por tus labios; es el Espíritu Santo ayudándote. Esos gemidos que no se pueden expresar con palabras vienen de tu interior y son inspirados por el ESPIRITU SANTO. Muy a menudo al orar en esta forma se está intercediendo por otra persona. Esta oración como viene inspirada por el ESPIRITU, es siempre en la voluntad de Dios. Gloria a Dios.
Hay oración mental y oración espiritual. Al orar en lenguas se ora en el Espíritu. Si ora con su entendimiento, se ora de la mente. Debemos orar en ambas formas.
Al orar en lenguas su espíritu ora y el Espíritu Santo le da la inspiración. Es nuestro espíritu el que ora. La oración mental se limita a nuestro entendimiento, o nuestro conocimiento. Por eso es insuficiente. La Iglesia ha tratado de llevar a cabo la obra con una sola clase de oración la mental. Eso ha limitado la obra.
(Judas 1:20 Efesios 6:18).
Gemir en la oración y hablar en lenguas implica el Espíritu Santo ayudándonos a orar en intercesión espiritual. Si esto está acompañado de lágrimas, la oración se vuelve aún más poderosa.
Ore para que Dios le unja para interceder en el Espíritu con llanto. Aleluya. (Joel 2:12)

Uno de los instrumentos más poderosos para ser usados en la oración es el orar en lenguas. En 2da. de CORINTIOS 10:4 dice: "Porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas" Fíjate que sólo con armas espirituales podríamos destruir las fortalezas del diablo. Algunas de las fortalezas de Satanás jamás serían rotas
hasta que no aprendamos a usar el arma espiritual de la oración en lenguas.

En una ocasión un joven predicador tuvo un accidente y se fracturó el cuello y quedó paralizado de la cintura para abajo. Estaba inconsciente. Su padre, que era un siervo lleno del Espíritu Santo, vino a verlo y al visualizar la situación
tan crítica comenzó a orar en lenguas. Oró por 10 horas. A las 6: A.M. fue a ver al joven y encontró que había recuperado el conocimiento.
Al preguntarle cómo estaba, él dijo: "Dios me sanó" La sensibilidad de su cuerpo había sido restaurada. Le pidió al doctor que le quitara el yeso. Este se negó pero accedió a sacar de nuevo las placas de Rayos X. Se quedaron
maravillados, pues no pudieron ver ni aún dónde era que los huesos se habían roto. Aleluya. La intercesión en lenguas había logrado lo imposible. Se puede aumentar 100% el poder de la oración orando en el ESPIRITU yen lenguas. Gloria a Dios por el Espíritu Santo.

Pablo habla de sufrir dolores de parto hasta que Cristo sea formado en los Gálatas (Gálatas 4: 19) Esto implica gemidos hasta que nazca la nueva criatura en ellos. Cuando la mujer está a punto -de dar a luz siente dolores de parto y gime hasta que nace el bebé. En Isaías 66:8 dice; que en cuanto Sion estuvo de parto, dio a luz sus hijos. Así mismo según nosotros gemimos en oración, como con dolores de parto, Dios engendra hijos.

Como resultado de nuestras oraciones en el Espíritu con gemidos indecibles, nacen bebés en Cristo. Así también gemimos en la oración para que Cristo sea formado en los nuevos creyentes.

Pablo lo hacía (Gálatas 4: 19) LAS IGLESIAS son responsables de GEMIR COMO CON DOLORES DE PARTO para que CRISTO sea formado en los nuevos convertidos. Es similar al nacimiento físico. Nadie nace maduro. Nace un bebé y crece. Nadie nace un cristiano completamente maduro. Es primero un recién nacido y luego crece. Hay que enseñarles la Palabra. (Ira. Pedro 2:2) Además, la Palabra dice que oración con gemidos como de parto deben prevalecer por ellos.

Cuando Ud. esté orando en el Espíritu con gemidos, no se aparte, ni los impida, sino que responda a ellos. Recuerde que cuando Zion trabajó con gemidos como en dolores de parto dio a luz hijos (Isaías 66:8) Mientras Ud. gime, piense que está gimiendo para engendrar hijos y para que Cristo nazca en los nuevos creyentes, y no desista con facilidad. Persista y en su mente clame al ESPIRITU que le ayude, pues sólo El Espíritu Santo puede ayudarnos. Tenga la mente bien concentrada en Dios en una actitud de fe de que El está obrando en forma profunda para dar cumplimiento a las peticiones. Amén. Ud. Gime en el Espíritu y al mismo tiempo ora con su mente. Es oración
en el Espíritu y oración mental en forma simultánea. Gloria a Dios.

El pueblo de Israel conocía este secreto. En los momentos de desesperación ellos PROCLAMABAN AYUNO y lloraban gimiendo por horas delante de Dios hasta conquistar las victorias. (Jueces 20:26; Isaías 66:8) Aún para su crecimiento espiritual y PLENA CONVERSION sabían que no había otro secreto. En JOEL 2: 12 el Señor les había ordenado: "POR ESO PUES, AHORA, DICE JEHOVA, CONVERTIOS A MI CON TODO VUESTRO CORAZON, CON AYUNO Y LLORO Y LAMENTO:" Ellos lo hacían a pesar de no tener el BAUTISMO DEL ESPIRITU SANTO. Si los judíos podían GEMIR COMO CON DOLORES DE PARTO, sin la investidura del Espíritu, cuánto más nosotros que tenemos al AYUDADOR, EL ESPIRITU SANTO, dentro de nosotros. Ellos lo lograban por esfuerzo propio y la fe de que Dios escuchaba sus gemidos y respondía a ellos dándoles la victoria. Aleluya. Nosotros podemos hacerlo también por esfuerzo propio y con la fe de que el Consolador que está en nosotros nos ayudará en nuestras flaquezas y nos hará fácil conquistar las victorias. Gloria a Dios.
Cuentan peregrinos que en sus viajes a TIERRA SANTA han visto a los viejos rabíes judíos orando junto al MURO DE LAS LAMENTACIONES. Dicen que se han quedado maravillados al ver como gimen en ese lugar delante de Jehová.
Son gemidos como con dolores de parto y esto engendra hijos para Dios y las nuevas criaturas en los creyentes. Los JUDIOS LLORABAN Y GEMIAN delante de DIOS a pesar de no tener el BAUTISMO EN EL ESPIRITU. Nosotros la Iglesia de Jesucristo que tenemos el Poderoso Bautismo de Fuego y Espíritu podemos gemir y llorar con más facilidad que ellos, pues tenemos el ESPIRITU dentro de nosotros y además podemos interceder en otras lenguas conforme el ESPIRITU nos da para orar. Aleluya. Esto es Oración en el Espíritu que derriba las fortalezas del diablo y mueve las montañas para la gloria de Dios. Amén.

Estos no son instrumentos carnales y de sabiduría humana, sino las armas espirituales que tenemos que usar para que CRISTO madure los creyentes en cada Iglesia y vengan más nuevos creyentes. No es cuestión de atraerlos con todo tipo de métodos ingeniosos y elaborados por la mente natural, sino usar las armas espirituales que Dios nos ha dado para engendrar creyentes maduros. Gloria a Dios.

Se dice que en las campañas del Evangelista Charles G. Finney, alrededor del 80% de las almas salvadas perseveraban, nadie tuvo tanto éxito como él. ¿Cuál era el secreto? El dependía exclusivamente de la Oración. El tenía un anciano que le ayudaba en el ministerio. Lo enviaba a los lugares como 3 semanas antes de la campaña. Ese varón se conseguía dos o tres personas que entraran con el en un pacto de oración. Se apartaban a orar y clamaban y gemían por días. En una ocasión cuando Finney llegó a un pueblo para una campaña, una señora dueña del Hotel, le llamó y le dijo, que el anciano y dos más estaban en el Hotel hacía tres días, pero no habían comido nada. Ella curiosa fue al cuarto, y al abrir la puerta estaban con la cara en el piso gimiendo. "Han estado así por tres días," dijo ella. "¿Podría Ud. explicarme? "No es nada", dijo Finney, "Ellos, sencillamente tienen un Espíritu de dolores de parto en la oración." (Romanos 8:26-27, Gál. 4:19) estaban engendrando
hijos para Dios. Aleluya.

Finney mismo se levantaba todos los días a las 4 A.M. y se iba a un lugar adecuado y oraba hasta las 8 A.M. La oración intercesoria era el secreto de sus victorias. Sencillamente rompían el poder del diablo sobre los pecadores y los liberaban orando en el Espíritu. Gloria a Dios
.
Aun para Sanidad Divina, cuando todos los métodos fallan, la oración intercesora en el Espíritu, sería la respuesta. Esta oración como con dolores de parto, con gemidos y en otras lenguas a favor de otros, funciona en forma muy efectiva rompiendo las fortalezas del diablo. A veces no sabemos orar como se debe, por eso es menester que nos unamos con el ESPIRITU para sobreponer nuestras debilidades. El intercesor toma el lugar de otro al clamar por él. Hay un ministerio de intercesión y debemos clamar al Señor para que lo manifieste en plenitud en nosotros. Esto incluye orar en el Espíritu.

Cristo en la Cruz tomó nuestro lugar y ahora es el INTERCESOR por excelencia. Nosotros los discípulos seríamos semejantes al Maestro. Amén. Todos fuimos llamados a ser sacerdotes de Dios y de Cristo. Aleluya.

Cuando vengan problemas, póngase de rodillas y diga: "Señor, no sé cómo orar por esto; no sé orar como debería, pero tú sabes que Tu Palabra dice que el Espíritu Santo sería mi ayudador intercediendo. Yo confío y creo que tú me ayudarás.
Comience entonces a orar en lenguas y con gemidos. Tenga la fe y crea que El no va a fallar en ayudarle. Ud. entre, y el Espíritu no fallará en ayudarle conforme Dios ha prometido. En su mente ore y crea con profundidad mientras gime.
El famoso Evangelista Smith Wigglesworth decía: "A veces comienzo a orar por mi mismo sin ninguna unción especial. Comienzo en lo natural y termino en el Espíritu". A veces comenzamos a predicar en lo natural. No sentimos la unción, pero comenzamos creyendo que EL ESPIRITU nos va a ayudar. Hacemos
el esfuerzo y predicamos y de pronto sentimos cuando El viene sobre nosotros y seguimos en el ESPIRITU. Así es la oración.

Algunos esperan que el ESPIRITU les obligue o les haga sentir algo especial. No tenemos que esperar a sentir algo especial. Es sólo creer que el AYUDADOR está ahí y que podamos pedirle al El que nos ayude. Según nos lanzamos y creemos que El nos está ayudando, EL ESPIRITU tomará dominio de nuestro espíritu y luchará junto con nosotros contra el problema. Amén.

Tú puedes ayudar a levantar una carga espiritual, al igual que puedes ayudar a levantar una carga material. Cuando hay alguien gimiendo e intercediendo en el Espíritu, tú empiezas a hacer como él está haciendo. Tienes La Fe de que el Espíritu te ayudará. Sigue la intercesión hasta que sientas un espíritu de gozo y alabanza y hasta de deseos de reír. Es señal de que la victoria ha sido alcanzada. En una oración intercesora, déjese ir en la oración. Ceda a ella. No tenga temor. Esto no viene de la mente o de la cabeza. El Espíritu Santo ayuda a nuestro espíritu a orar. A veces no sabemos exactamente por qué orar, pero al comenzar a orar en el Espíritu, Dios puede mostrarte por qué estás orando. Gloria a Dios.

Cuenta el Evangelista Keneth Hagin , que visitaba a un agricultor cristiano. En el hogar se encontraba un doctor, hermano del agricultor, que se burlaba del Evangelio. Cuando fueron a dar gracias por la comida el agricultor salió gimiendo y se puso en pie y se fue a su cuarto. El doctor lo siguió. Cuando
salió del cuarto le dijo al Hno. Hagin. "Parece que tiene dolores, vaya buscar unas medicinas." El hermano Hagin le dijo: "No se preocupe por él, está gimiendo por Ud. en el Espíritu, pues Ud. está perdido." El doctor se negó a creer. Hagin entró al cuarto. Se arrodilló al lado del hermano y comenzó
a gemir igual que él. Así estuvieron como por 45 minutos. De pronto ambos comenzaron a reírse. Sentían un gozo sobrenatural. Se pusieron de pie. Hagin fue a buscar el doctor. Este le pregunto por su hermano. Hagin le dijo: "Está
muy bien, y en cuanto a Ud. no hay forma de que se pueda perder." El médico lo miró extrañado, pero de pronto se arrodilló, comenzó a llorar y fue salvado gloriosamente. Aleluya.
La Oración intercesora en el Espíritu había obrado el milagro. Gloria a Dios.

Clame para Dios le dé un ministerio pleno de intercesión. Amén.

En la oración intercesora tratamos con el Espíritu detrás de la persona. Dios nos ha dado los instrumentos para romper las fortalezas del diablo. Dios no lo va a hacer. El nos ha dado los instrumentos a nosotros. Si no lo hacemos nosotros, esas fortalezas nunca serán derribadas. El siervo de Dios es el que hace que sucedan las cosas con su oración intercesora. (2 Corintios 10:4-5)
"Y busqué entre ellos un HOMBRE que hiciese vallado y que se pusiera en la brecha delante de mi a favor de la tierra, para que yo no la destruyese; y NO LO HALLE. Por tanto derramé sobre ellos mi ira: con el ardor de mi ira los consumí; hice volverse el camino de ellos sobre su propia cabeza, dice Jehová
el Señor, (EZEQUIEL 22:30-31) Un solo hombre pudo haber evitado intercediendo, este juicio terrible.

 Clama tú hoy. "Úngeme, Señor. Lléname. Estoy dispuesto a interceder por
ellos para que sean salvos." Dios te usará en el ministerio de intercesión y las fortalezas del enemigo serán destruidas. Todo ministerio tiene un ministerio de intercesión. No se conforme sólo con hablar y enseñar y construir. Interceda con gemidos y llanto y en lenguas y en ayuno y rompa toda traba satánica y
engendre hijos para Dios. Amén.


EXTRACTO DEL LIBRO “LA CIENCIA DE LA ORACION” por Yiye Avila
Como perder amigos rápidamente”  por David Wilkerson

Una de las mejores formas de perder amigos y ser rechazados, es caminar conforme a la voluntad de Dios. Tener seriedad en los asuntos espirituales, abandonar todos tus ídolos, volverte al Señor con todo tu corazón, quitar tus ojos de las cosas del mundo... Y ¡Repentinamente te has convertido en un fanático religioso y te hallas ante el peor rechazo por el resto de tu vida!


Cuando eras tibio, teniendo una forma de santidad sin poder, cuando no eras demasiado pecador o demasiado santo... tú no tenías problemas con nadie, ni aun con el diablo. Las cosas estaban tranquilas, eras aceptado. Tú eras justamente otro de los muchos creyentes indiferentes.

Pero has cambiado. Tuviste hambre de Dios. Te convertiste de tus pecados y no pudiste participar ya más de los juegos de la iglesia. Te arrepentiste y te volviste al Señor de todo corazón. Se vinieron abajo los ídolos. Empezaste a escudriñar la Palabra de Dios. Te detuviste de ir tras las cosas materiales y llegaste a obsesionarte con Jesús. Viniste a un nuevo reino de discernimiento y comenzaste a ver cosas en la iglesia, las cuales antes no te interesaban. Escuchas cosas desde el púlpito que quebrantan tu corazón. Ves a otros congregantes comprometidos con el mundo, exactamente como tú estabas una vez. Eso te lastima. Has sido despertado, cambiado, quebrantado y contrito en espíritu. Y tienes ahora una carga por la iglesia dada por Dios.

¡Pero en lugar de que tus amigos se regocijen o entiendan, piensan que te estás volviendo loco!, llamándote fanático.

Cuando el Espíritu Santo me despertó hace años, cuando empecé a ver su llamado a la santidad; y me convencí realmente de caminar en la verdad y la palabra llegó a ser viva; y cuando empecé a ver cosas que nunca había visto antes, quise compartirlo con todos. Deseé y llamé a los predicadores por teléfono y compartí lo que Dios estaba diciendo. Con muchos que vinieron a mi oficina, lloré y saqué mi Biblia y les señalé las verdades gloriosas de una total rendición y pureza de corazón. Pensé que ellos lo verían también. Pensé que amarían la Palabra y caerían conmigo a orar para obtener un nuevo toque de Dios. En lugar de eso, la mayoría solamente me miraron diciendo cosas como: ¿Estas seguro que no te estas sobrepasando un poco? o, “Es un poco pesado para mí”. Entre más busqué a Dios, menos me entendieron. Fue como agua helada que arrojaron en mi cara. Ellos no querían      escuchar.

Si esto te ha estado sucediendo desde que Dios te despertó, tú no estás solo. Quiero mostrarte y advertirte de acuerdo a la Palabra de Dios, que es lo que te espera si te has decidido a caminar de acuerdo a la voluntad de Dios. Debes esperar tres reacciones: 1. Serás rechazado 2. Serás echado 3. Serás apedreado.

1-         Serás rechazado

Jesús advirtió: “Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por eso el mundo os aborrece” (Juan 15:19). Muéstrame un creyente que haya llegado a amar tanto la Palabra, como hacedor de la verdad, y te mostraré uno que será rechazado y perseguido por la totalidad de la iglesia tibia. Abandona este mundo y ellos te abandonarán. Jesús tuvo muchos seguidores, hasta que la palabra que Él predicó fue percibida: –demasiado dura, demasiado exigente–. La multitud que amaba sus milagros escuchó sus declaraciones y lo abandonaron, diciendo: ¡Demasiado dura! ¿Quién puede recibirla? Jesús se volvió hacia los doce y preguntó: “¿Queréis acaso iros también vosotros?” o, ¿Es mi palabra demasiado dura para ustedes también? Pedro respondió: “¿A Quién iremos? Sólo Tú tienes palabras de vida eterna”. (Juan 6:67-68) No, Pedro y los otros once no se irían porque la mayoría de la gente decía que era demasiado dura, demasiado exigente, la amaban porque estaba produciendo en ellos valores eternos. Ellos permanecerían en la verdad, sin importar el precio.

Esta es la situación que cada cristiano debe afrontar en estos últimos tiempos: ¿Te vas a apartar de la Palabra que te convierte; verdad que señala tu pecado; verdad que remueve, corrige y arruina tus ídolos? ¿Verdad que te llama a quitar tus ojos de las cosas de este mundo, de ti mismo y del materialismo? ¿O te vas a apartar de escuchar un cosquilleo suave, sosegado de la verdad adulterada? ¿Vas a permitir que el Espíritu Santo te pruebe? ¿Te exponga?

La verdad te hace libre: Libre de predicaciones muertas; libre de pastores muertos; libre de tradiciones muertas; libre de doctrinas de demonios; libre de compañerismos que te desvían de la verdad porque es: “Demasiado comprometedora”, como la llaman ellos. Los hacedores de la verdad desean venir a la Luz, dejar que cada hecho secreto sea revelado, Jesús dijo: “Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la Luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios”. (Juan 3:20-21).

Aquello que es verdad genuina, revela cada cosa oculta. Cuando Jesús empezó a sacar a la luz los pecados ocultos, los judíos religiosos buscaron matarlo. Jesús dijo: “Sé que sois descendientes de Abraham; pero procuráis matarme, porque mi Palabra no haya cabida en vosotros. Pero ahora procuráis matarme a mí, hombre que os he hablado la verdad, la cual he oído de Dios; no hizo esto Abraham. El que es de Dios, las palabras de Dios oye; por esto no las oís vosotros, porque no sois de Dios” (Juan 8:37,40 y 47).

Hay multitud de creyentes hoy en día que no aman la verdad. Dios dice que esto es a causa de su pecado secreto –“Se complacen en su iniquidad”-. Estos comprometidos amantes del placer están en un horrible engaño. Igual que los judíos de los tiempos de Jesús, están convencidos de que ellos ven. Creen que son hijos de Dios, y rechazan ferozmente cada palabra que revela sus más profundos secretos y codicias. Lo que tienen en sus corazones es algo diferente a la verdad. No están abrazando la verdad como una perla de gran precio. En vez de ello, acarician algún placer oculto, algún ídolo, algún pecado favorito.

Anótalo. Aquellos que te rechazan y abandonan por causa de la verdad, lo hacen porque te ven como una amenaza hacia lo que ellos estiman. Tu vida apartada es una reprensión a su forma de actuar y tibieza.

2-         Te echarán

Jesús advirtió: “Os expulsarán de las sinagogas; y aun viene la hora cuando cualquiera que os mate, pensará que rinde servicio a Dios” (Juan 16:2). Jesús dijo: estas cosas les digo, para que no se entristezcan... no se sorprendan cuando las iglesias tibias los arrojen: “Porque no conocen al Padre ni a mí” (Juan 16:3)

Jesús sanó a un hombre que había nacido ciego. Fue traído a la iglesia para ser interrogado por los fariseos religiosos. Sus ojos se habían abierto: ¡Podía ver! Y dijo: “Una cosa sé, que habiendo yo sido ciego, ahora veo” (Juan 9:25). ¿Se regocijaron ellos porque este hombre había recobrado la vista? ¡No! “Respondieron y le dijeron: Tú naciste del todo en pecado, ¿Y nos enseñas a nosotros? Y le expulsaron” (Juan 9:34)

Ese hombre ciego representa el remanente santo –aquellos cuyos ojos han sido abiertos a la santidad de Dios–. Sigan adelante; testifiquen como él lo hizo ¡Antes estaba ciego y ahora veo! Ellos te echarán diciendo ¿Quién te ha hecho nuestro maestro? ¡Si tu pretendes caminar de acuerdo a la voluntad de Cristo, debes estar preparado para soportar su vituperio! “Porque por amor de ti he sufrido afrenta; confusión ha cubierto mi rostro. Extraño he sido para mis hermanos, y desconocido para los hijos de mi madre (mis hermanos y hermanas). Porque me consumió el celo de tu casa; y los denuestos de los que te vituperaban cayeron sobre mí” (Salmo 69:7-9). Esto habla primeramente de los sufrimientos de Cristo ¡Pero tal como Él estaba en este mundo, así estamos nosotros! Si ellos lo persiguieron y lo vituperaron, harán lo mismo con aquellos que mueren a sí mismos. ¿Quién vituperó a Cristo? ¿Quién amontonó deshonra sobre su cabeza y arrojó su nombre como una inmundicia? ¡La multitud de la iglesia centrada en el hombre!

¡Echar a los creyentes santos, es el más grande favor que la iglesia centrada en el hombre, pudiera otorgarles! Escucho a cristianos decir: "Mi iglesia esta muerta ¡No me gusta lo que está pasando, pero Dios me puso aquí! Permaneceré y trataré de cambiar las cosas".
Esto puede ser peligroso. También, puede ser la tradición la que te esté deteniendo. Puede ser que no estés listo para caminar de acuerdo a la voluntad de Dios como pensabas. Tus viejos amigos te detienen.

3-         ¡Serás apedreado!

¡Serás apedreado por la mayoría! “Y apedreaban a Esteban, mientras él invocaba y decía: Señor Jesús, recibe mi espíritu” (Hechos 7:59). ¡Había un hombre contra la multitud!

Aquí tenemos un hombre “¡Con sus ojos fijos en Jesús!”, Siendo aborrecido por sus opositores. Escuchen el odio de estos hombres con vestidura de fanático religiosos: “Y crujían los dientes contra él. Se taparon los oídos, y arremetieron a una contra él” (Hechos 7:54,57). ¿Qué fue lo que este hombre justo hizo para enfurecer a las multitudes religiosas? Predicó la verdad que les partió el corazón: “¡Duros de cerviz, e incircuncisos de corazón y de oídos! Vosotros resistís siempre al Espíritu Santo; como vuestros padres, así también vosotros. Vosotros que recibisteis la ley... y no la guardasteis” (Hechos 7:51,53). ¡Él tuvo que predicar la verdad! Ellos tenían su corazón aún ligado al mundo –atado por su codicia–. Sabían lo que era la ley de Dios, pero rehusaron obedecerla. Ellos crucificaron a Cristo.

La espada de dos filos de la verdad había partido lo más profundo de sus corazones. Pero fue su testimonio, cuando vio el cielo abierto, lo que atrajo la ira sobre él. “Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, puestos los ojos en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús que estaba a la diestra de Dios, y dijo: He aquí, veo los cielos abiertos, y al Hijo del Hombre que está a la diestra de Dios. Entonces ellos, dando grandes voces, se taparon los oídos, y arremetieron a una contra él. Y echándole fuera de la ciudad, le apedrearon” (Hechos 7:55-58).

Jesús enseñó una parábola del labrador que poseía una viña y envió por los frutos al tiempo de la cosecha. Envió a sus sirvientes. “Mas los labradores, tomando a los siervos, a uno golpearon, a otro mataron, y a otro apedrearon” (Mateo 21:35). ¡Así es hoy! Dios ha enviado sus santos atalayas a recoger el fruto de su viña. Pero en lugar de eso, hay palizas verbales, muertes con odio, apedreados con palabras hirientes. Tenemos hoy en día una “compañía de Esteban” quienes pueden decir: ¡He visto el cielo abierto! Esto es una clara visión de Jesús –esa cortante palabra de verdad, ¡que provoca la ira de aquellos incircuncisos de corazón!-


Los israelitas trataron de aprender a Josué y a Caleb por su llamado a caminar de acuerdo a la voluntad de Dios. Diez espías desalentaron al pueblo de Dios diciendo: No podemos ir. ¡Hay demasiados gigantes! ¡Demasiadas murallas altas! “Y Caleb dijo... subamos luego, y tomemos posesión de ella; porque más podremos nosotros que ellos” (Números 13:30). Pero ellos dijeron: “Designemos un capitán, y volvamos a Egipto” (Números 14:4) “Y Josué hijo de Nun y Caleb hijo de Jefone, que eran de los que habían reconocido la tierra, rompieron sus vestidos, y hablaron a toda la congregación de los hijos de Israel, diciendo: La tierra por donde pasamos para reconocerla, es tierra en gran manera buena. Si Jehová se agradare de nosotros, él nos llevará a esta tierra, y nos la entregará; tierra que fluye leche y miel. Por tanto, no seáis rebeldes contra Jehová, ni temáis al pueblo de esta tierra; porque nosotros los comeremos como pan; su amparo se ha apartado de ellos, y con nosotros está Jehová; no los temáis. Entonces toda la multitud habló de apedrearlos. Pero la gloria de Jehová se mostró en el tabernáculo de reunión a todos los hijos de Israel” (Números14: 6-10)

Mi interés en esta historia no es por Josué y Caleb, sino por Dios, que estaba con ellos. ¡Mi interés es por este pueblo de Dios que estaba crujiendo los dientes y recogiendo piedras! ¿Por qué un llamado a la obediencia provocó en ellos tal reacción? ¡Vean el llamado! Estoy convencido de que una vez que el corazón es capturado por un ídolo o codicia, la incredulidad se posesiona. La indiferencia y la incredulidad van de la mano. Por tal razón, toda predicación en contra de ser indiferentes al pecado los hace rechinar y terminan peleando contra Dios, mientras que ciegamente están confesando su nombre.

La recompensa de caminar de acuerdo a la voluntad de Dios

¿Cuál es la recompensa? ¡Tener a Cristo junto a ti! Hay muchas otras recompensas por caminar de acuerdo a la voluntad de Dios, pero menciono sólo una, porque es todo lo que necesitamos. Pablo estaba encarcelado en una fortaleza en Jerusalén, mientras todo el sistema religioso buscaba matarlo. La iglesia estaba consternada. Él fue acusado de “Profanar el lugar santo, de predicar una falsa doctrina”. Aun los soldados “temieron que Pablo fuera despedazado”; así es que lo arrebataron de en medio de ellos y lo apresaron en un castillo. “A la noche siguiente se le presentó el Señor y le dijo: Ten ánimo, Pablo, pues como has testificado de mí en Jerusalén, así es necesario que testifiques también en Roma” (Hechos 23:11”)

El mismo Señor le habló a Pablo -¡no un ángel!- Y qué palabra: ¡ANÍMATE! ¡HAY MAS POR VENIR! ¡Pero podrás enfrentar cualquier circunstancia o a cualquier persona si sabes que: EL SEÑOR ESTA CONTIGO!

Extraído del libro "Tenemos hambre de Cristo" de David Wilkerson

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